MÉXICO, ENORME CAJA DE PANDORA; ¡ES LA IMPUNIDAD, SÓLO LA IMPUNIDAD!; LAS PRIMERAS CUENTAS DEL ROSARIO, MIJO; DE DESENCANTO EN DESENCANTO. J. Francisco Gómez Maza.

Dom  07-12-14

Francisco Gómez Maza

Análisis a Fondo: México, enorme caja de Pandora

  • Ayotzinapa destapó todos los infortunios de los mexicanos 
  • A la violencia y a la muerte, la desigualdad, la informalidad

En esta tierra de horribles contrastes, de ríos de lava, fuego, ceniza, volcanes, llamada México desde mucho antes de que vinieran los españoles, debió de haber nacido Pandora (Πανδώρα), el ser humano divino creado por orden de Zeus – Quetzalcóatl – para introducir males en la vida de los mexicanos.

Acá, Pandora cambio de nombre por el de aquella veracruzana que se juntó con el  conquistador para doblegar, domeñar, explotar, aplastar a los mexicanos. Acá la nombraron La Malinche. Y del huacal de esta señora se destaparon muchos infortunios para los mexicanos.

Lo más terrible es que un día no muy lejano en el tiempo Pandora reabrió su caja y desperdigó por toda la geografía mexicana todos los peores males que pudieran afligir a los condenados en el averno. Desigualdad, injusticia, desequilibrios, pobreza, pobreza extrema, miseria, indigencia, abandono, hambre, muerte prematura, avaricia, odio, muerte, desaparición forzada, y – ya párale Francisco, porque la lista es interminable – …

Más acá en el tiempo, la Cajita infeliz fue de nuevo violada y abierta por las fuerzas del mal de facto, y las fuerzas institucionales, perversa simbiosis entre el gobierno (que no el Estado, porque éste es un inexistente) y lo que llaman crimen organizado, que no es más que una extensión de la avaricia, el odio, la ignorancia, la inconsciencia y la corrupción institucional).

Acabó de abrirse la Caja de Pandora, con todas sus perversidades, en la noche entre el 26 y el 27 de septiembre – fechas que quiere que «superemos» el presidente – .Y ahora, nadie, y menos el presidente, puede cerrarla y encerrar en ella los infortunios de los mexicas contemporáneos.

Con la violencia, con la inseguridad, con la muerte, con el llanto y el dolor por la ausencia del hijo masacrado, con todo ese universo de maldades, se placean, y de la mano, o codo con codo,  la desigualdad subestimada, y la informalidad como sucedáneo del bienestar no conseguido en la formalidad, porque se lo apropian unos cuantos encabezados por autoridades corruptas

Y eso que no hablamos de la verdadera desigualdad porque, como lo asegura el economista francés, Thomas Piketty, en México podría estar subestimada por la poca transparencia que hay en torno a las cifras del INEGI. Pero a los muchachos de Sojo les tiene sin cuidado, y a Sojo mismo, y a Videgaray mismo. Mientras más rasuradas y peinadas sean presentadas las cifras más se lo creen. Un buen diagnóstico de la desigualdad no les interesa, a pesar de que la desigualdad podría destapar la Caja de Pandora de los poderosos. Y es que con un buen diagnóstico podrían encontrarse caminos que la disminuyan.

Mejor me río: A quién cree que le está hablando este franchute, Pues a purísimos economistas orgánicos al servicio del neoliberalismo Ya los estoy viendo entrándoles la palabra por un oído y salíéndoseles por el otro: «Es necesario, économiste français dit, que la desigualdad se regule a través de impuestos progresivos y de transformar la estructura tributaria, de manera que los ricos paguen más y se pueda lograr una mayor (y más equitativa, digo yo) distribución de la riqueza.

Uy. Eso de que los ricos paguen más, ni pensarlo. Ellos son precisamente la razón de los desvelos del Gran Leviatán, del Gran Tricofelor (tricolor, azul, amarillo).

Pero aunque la desigualdad verdadera jamás pueda conocerse en los registros del INEGI, o de Hacienda, o del Banco de México, los mexicanos vaya que la conocen. Y me temo que la conocen aquellos que pueden adquirir una casita de interés social de50 millones de pesos, pero más los que no tienen dónde reclinar la cabeza, que son millones.

Y eso que la desigualdad es sólo uno de los males de la destapada cajita de la Malinche, que así se llama aquí la señora Pandora. Ahí les dejamos el asunto de la informalidad, un sucedáneo de la desigualdad. Y de la violencia, de la muerte, de las desapariciones, de la tortura policiaca, y de todos los demonios desatados, ustedes saben mucho más que este escribidor.

La tarea tendría que hacerla el señor Peña Nieto, que es el responsable por ser la cabeza de lo que se llama poder ejecutivo, el papá de los pollitos. Todo sea por privilegiar la desigualdad. ¡Los pobres? A quién chingaos le importan. Que se les venga encima la Caja de Pandora, o de la Malinche, como quiera y mande.

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Mie 03-12-14 Francisco Gómez Maza

Análisis a Fondo: ¡Es la impunidad, sólo la impunidad!

  • ¡Griten todo lo que quieran! 
  • Nada cambiará; les vale…

Lo más lamentable de esta historia, de esta tragedia, de este drama, que destapó la gran cloaca, hediondo albañal, el 26 de septiembre, con el rapto de los 43, es que no va a cambiar nada en esta sociedad, en donde aún reinan los diabólicos dioses de la muerte, Tezcatlipoca y Mictlantecuhtli.

Como lo advertimos en la víspera, podrán desgañitarse los tumultuarios indignados, que ni el señor renunciará, ni el abogado será cesado, pese a ser un inútil: ni regresarán vivos del Mictlán los normalistas y menos será exorcizada la impunidad que cobija con su manto virginal a los políticos corruptos, que corrompen todo lo que tocan, como un Midas al revés.

Se silenciarán las manifestaciones callejeras, se calmarán los provocadores, infiltrados, incendiarios. Y la vida de los mexicanos continuará como si nada hubiera sucedido en Iguala, convertida en ícono de tortura, de la sangre derramada, de la muerte, de esos infortunios de muerte de San Fernando, de Aguas Blancas, de Acteal, de…

Continuará reinando la impunidad, en esta sociedad en la que la simulación es una filosofía de vida, como la transa es un medio de subsistencia para muchos y de enriquecimiento descomunal para muy pocos, aquellos “justos” que pecan, cínicamente, en arca abierta y que pasan su vida entre la lujuria y la opulencia, arropados por la Constitución y las leyes, porque éstas son elaboradas no para beneficio de los primeros, sino para protección de los intereses de los segundos.

Así, como se los dije a mis amigos de las redes sociales, la noche del martes, el problema toral del Estado mexicano (si quieren saber qué es Estado para mí, podemos discutirlo en otro espacio, que éste sólo aguanta unas 600 palabras) seguirá siendo la impunidad, pues entre la clase política gobernante, por ejemplo, hay muchos pillos, corruptos, ladrones a lo bestia, socios de la delincuencia organizada, pederastas institucionales, lenones – que así les dice el vulgo a los padrotes (El Basuritas, por ejemplo) -,  que en vez de estar pagando sus fechorías en una cárcel andan tan libres como el viento, de desmán en desmán, de transa en transa, de robo en robo, más peligrosos que los provocadores, los incendiarios, infiltrados en las manifestaciones estudiantiles y populares, e inclusive que los sicarios de cualquier banda de narcotraficantes…

Y entre tanto, en los presidios seguirán pudriéndose miles de inocentes, presuntos culpables, o ladronzuelos encarcelados por el robo de un osito de peluche…

Saldrá sobrando así, como siempre en esta historia de infortunios para los mexicanos pobres, cualquier reforma a la constitución política o a las leyes, o cualquier nueva ley en contra de la delincuencia organizada y la delincuencia… cómo llamarle… la integrada por políticos amparados en la ley…

Pero ya debo dejar este tema porque me está doliendo y llorando el corazón por la muerte del compañero Vicente Leñero y Otero, jalisciense acucioso e incómodo para los poderosos como reportero, y escritor, dramaturgo y guionista cinematográfico, con quien coincidí en la otrora valiosísima Revista de Revistas, de aquella nuestra Casa Excélsior. Y luego en la Revista Proceso, la hija enferma de Julio Scherer, en donde Vicente hizo gala de su imaginación para hacer el bordado de la revista semana a semana, durante muchos años, hasta que la edad lo comenzó a vencer y este miércoles lo venció la muerte.

Gran reportero, espléndido entrevistador; reseñador y cronista de la realidad y creador de la fantasía; intérprete de la belleza increada. Un maestro del periodismo y la literatura, que nunca abandonaba su cinta métrica de ingeniero civil.

Qué tristeza. De un tiempo acá han estado muriendo todos mis colegas, amigos, contemporáneos, que antes no se morían y que ahora, como dice mi paisano Jaime Sabines, el sobrino de la Tía Chofi que le gusta a Fred Álvarez, ya son hombres y mujeres que viven debajo de la tierra.

Hasta luego, inolvidable Vicente.

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Lun 01-12-14 Francisco Gómez Maza

Análisis a Fondo: Las primeras cuentas del rosario, mijo

  • ¿El federalismo, a la basura? 
  • ¿Y luego? ¿Y entonces? ¿Y?

Nadie negará que sea imperativo neutralizar, de una vez por todas, a las fuerzas del mal que avasallan a la estructura gubernamental y ponen de rodillas a cualquier miembro de la sociedad, con sólo atravesar la línea de fuego.

Esas fuerzas están representadas o por los cárteles del narcotráfico y la delincuencia organizada, o por los criminales de cuello blanco, complicados con los primeros e insertados en la estructura del poder político gubernamental, como dicen que ocurrió en el ayuntamiento guerrerense de Iguala, aunque el ministerio público federal no ha podido – bueno, nunca puede; es una instancia ineficiente, inútil – presentar pruebas de que el señor José Luis Abarca, ahora encarcelado junto con su esposa, haya sido el autor intelectual de la desaparición forzada de los 43 normalistas.

Si, amigos, es un imperativo acabar con la maldad que viene de un lado y otro. Sin embargo, el llamado Decálogo dado a conocer por el presidente Enrique Peña Nieto el jueves de la semana pasada, en el patio central de palacio nacional, es preocupante. Sería, pienso, un arma de doble filo, que pudiera emplearse según las conveniencias, las preferencias, los odios, las malquerencias.

Imagínese usted que el presidente del municipio de Chilpachole me cae mal: no me es fiel personalmente; es miembro de Morena, del desgraciado de López Obrador, y yo soy el que manda y desmanda en el país. Tranquilamente le puedo achacar a ese malcriado que está asociado con el crimen organizado, con la Tuta, con el Tuto, con el Chapo o con la Chepa, con los Guerreros, con los Rojos, o los Amarillos, o con el cártel que sea. Lo meto en la cárcel. Desaparezco el ayuntamiento y asumo el control municipal.

(Bueno, sin reforma constitucional, violando la Constitución, de facto, so pretexto de que hay ingobernabilidad, es lo que ocurre en Michoacán, donde el gobernador Salvador Jara es sólo una figura decorativa, un gato de papel, porque quien realmente manda es el gobierno federal por medio del comisionado Alfredo Castillo, a quien los periodistas apodan el “virrey”.

¿Y dónde queda el municipio libre consagrado en la constitución, en el sacrosanto artículo 115, que es el cimiento de un razonable y sano federalismo que ha funcionado, a troche moche, pero ha funcionado en la historia de este país? ¿O ya de plano se cansaron de la libertad y van por el centralismo neofascista¡?

Pero sale sobrando todo lo que este escribidor regañe, grite, cuestione. Los cambios constitucionales serán aprobados por las mayorías del congreso, aunque se impone preguntarse: ¿realmente son necesarios? ¿O ya tenemos suficientes principios constitucionales, leyes y reglamentos secundarios para perseguir a los criminales y  no las aplicamos? ¿Aplicaremos las reformas y las leyes que creen los constitucionalistas del Congreso? ¿O sólo son medidas para taparle el ojo al macho? ¿Acciones mediáticas para control de daños?

Pero bueno, el hecho es que el ejecutivo federal ya confirmó que este lunes por la mañana envió a los legisladores (Senado) sus iniciativas, las que calificó como “un paso cualitativo para fortalecer a las instituciones.”

Las iniciativas implican reformas constitucionales que faculten al Congreso a expedir una ley contra la infiltración del crimen organizado en municipios, y para que la federación asuma el control de esos servicios o, en su caso, disuelva un ayuntamiento, cuando existan indicios de que la autoridad está involucrada con la delincuencia organizada.

La segunda iniciativa presidencial redefinirá el sistema de competencias en materia penal, a fin de que los diferentes órganos de gobierno asuman su responsabilidad. Y una reforma constitucional para crear las policías estatales únicas, que permitirán pasar de más de mil 800 policías municipales “débiles” a 32 “sólidas” corporaciones estatales. “confiables, profesionales y eficaces.” No estoy nada seguro de que estas nuevas leyes vayan a funcionar, Aquí, mientras persista la corrupción, toda buena intención saldrá sobrando, o seguirá empedrando el camino del infierno.

Y los diputados y senadores están puestísimos para aprobar el Decálogo Peña Nieto, en unas cuantas sentadillas, en un periodo extraordinario que concluiría este mismo diciembre. El periodo ordinario concluye el 15.

En fin. País de chocolate. México de caricatura. Duele. Después de medio siglo de hacer periodismo, creía que no dolía.

Está fea la situación. Doña Esperanza, la profesora, decía: “y son las primeras cuentas del rosario, mijo….”

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Dom 30-11-14

Francisco Gómez Maza

Análisis a Fondo: De desencanto en desencanto

  • Cuan presto se va el placer… 
  • Cómo después de acordado da dolor

Felipe de Jesús del Sagrado Corazón Calderón Hinojosa ya se iba de la presidencia, precedido por una diabólica cauda de secuestrados, levantados, desaparecidos, miles de asesinados y masacrados, y de violaciones a los derechos humanos, en una guerra no autorizada por los mexicanos.

Nadie quería  ya a los fallidos panistas, que lo más que lograron aprender, no fue a gobernar sino a despacharse con la cuchara grande en arca abierta.

Era obvio que millones de ciudadanos, en su mayoría mujeres, creyeran que la única salida a aquella crisis de inseguridad y violencia era volver a llamar a los priístas, porque los perredistas eran vistos con profunda desconfianza por la Casa Blanca, la de Washington; no la de las Lomas.

Denuncias de fraude electoral, de compra de votos, aparte, el abanderado priísta, de aquel PRI de la dictadura perfecta, ganó las elecciones. Lo reconoció medio mundo. Inclusive el entonces perredista, AMLO, quien alega que siempre le roban las elecciones. Claro que se las roban. Lo dijimos en aquellos tiempos: López Obrador nunca llegará. Por medio izquierdoso, está vetado por el Departamento de Estado.

Muchos millones de ciudadanos confiaron en Enrique Peña Nieto. Lo vieron como el salvador de México, de la patria. Algo así como El Chapulín Colorado. El mexiquense llevaría a la economía nacional a la plena modernidad. Una economía que iba a competir y ganarle a los potentados de China, Japón, Europa, los Tigres asiáticos, los nuevos BRICS e inclusive sus ahora ventajosos socios en el TLCAN, Canadá y los Estados Unidos.

Peña Nieto acabaría por supuesto con la pobreza y el hambre, como un taumaturgo que da de comer al hambriento, de beber al sediento, da posada al peregrino, viste al desnudo… Pronto, a los pobres no les faltaría dinero en la cartera, lo que metió en un romántico y mediático idilio (de telenovela rosa) a Peña Nieto con millones de mexicanos y, principalmente, de mexicanas, que prácticamente se desmayaban con sólo la sonrisa del nuevo presidente.

Muy pronto, Peña Nieto lograría, por obra y gracia de su carisma, desaparecer los vestigios de ese México que cotidianamente llora, sufre, muere de hambre, muere de balas narcas, o de balas institucionales, de policías, de marinos, de soldados.

Todo iba viento en popa a toda vela… Peña Nieto logró lo que nadie. Un entramado de reformas constitucionales, que él llamó reformas estructurales, las cuales serían el detonador de su modelo de país, aunque las leyes hacen lo que el viento a juárez, si no se dan generadores concretos, de cuerpo y alma, de riqueza.

Los mexicanos saldrían mejor educados de las escuelas y con mejores y mayores oportunidades de desarrollo personal.  No moriría ya nadie de enfermedades curables. Los trabajadores, los obreros y los campesinos, los trabajadores domésticos y hasta los sexo servidores, olvidarían la vida pasada de austeridades, de privaciones, de angustia.

México sería la casa grande donde iban a caber todos, hasta los extranjeros que vienen del istmo centroamericano con la idea de irse a servir a los Estados Unidos, para medio salir de la pobreza en que viven en Guatemala, El Salvador, Honduras y otros etcéteras.

Pero algo falló. No sólo falló el entorno mundial. Ese al que los amigos de Hacienda le echan la culpa de nuestras desdichas. Algo… No. Mucho falló. Y es que no es lo mismo encargarse de las finanzas y de la economía de una provincia que de las finanzas y de la economía de un enorme y complejo territorio, como lo es éste llamado México.

La economía está cada vez más lejos del repunte, Y ahora menos en virtud de que viene otro tsunami del oriente, pues Japón entró ya en el camino de la bancarrota financiera y económica. Y esto es como fuego que corre sobre un reguero de pólvora.

El modelo fue fracturado por la inexperiencia, por la ausencia de realismo mágico de los encargados, que no supieron cómo gastar lo que recaudaron por concepto de impuestos fiscales y derechos. Les ganó el pánico económico.

Ah, y de ribete, alguien ordenó, muy desde arriba, pero muy desde arriba, darle un escarmiento a los «aprendices de guerrilleros» de las normales rurales, con la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Tan bien enterrados que estaban miles de desaparecidos y desaparecidas. Pero nada queda oculto en este mundo soleado por el sol de la verdad. Y con la desaparición de  los 43 apareció un interminable cementerio clandestino en el país.

Y estalló la gente, encabezada por los estudiantes, que no son terroristas, ni quieren descarrilar el modelo, que éste ya se había descarrilado por obra y gracia de los mismos encargados de ponerlo en práctica. Y estalló todo, como lo advertíamos en este espacio mucho antes de todos estos acontecimientos.

Imposible prever donde terminará todo. Aunque puede concluir en el olvido. Porque parece que a ello le apuestan los estrategas gubernamentales. Pero, ¿olvidarán los estudiantes a sus compañeros desaparecidos? ¿Olvidarán sus padres y madres?

Algo se pudrió. Bueno. Estaba ya podrido, pero encerrado a piedra y lodo. Y ahora. ¡Quién podrá salvarnos…!

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